viernes, 26 de marzo de 2010

Brasil: Samba para olvidar

Aunque me salten encima los inquisidores de la religión futbolística, debo anunciar una gran verdad: la verdeamarelha es la mayor vergüenza -naturalmente junto a la selección del Chemo- que ha podido pasar por los predios mitológicos del balompié.

Es cierto que no han faltado a ningún Mundial y que son los más ganadores en ellos, pero también es cierto que para una nación en la que se juega ese deporte hasta en medio de los tiroteos, por las conquistas de las favelas, entre traficantes de drogas y policías -y que gozan con la mayor cantidad de jugadores excepcionales por metro cuadrado en el mundo- haber ganado apenas 5 Copas en 80 años es como para no poder evitar una mueca de desprecio socarrón cuando menos, sabiendo que sólo tienen una Copa más que los italianos (que de fútbol sólo saben que es un deporte de contacto como el boxeo tailandés), dos más que los alemanes (para quienes el fútbol es sólo otra forma de mostrarnos su orden enfermizo) u ¡óiganlo bien! apenas 5 copitas más que los peruanos (que sobre eso del fútbol entendemos lo que Sergio Bambarén sobre el sarcasmo de los delfines) .

Brasil siempre ha sido favorito pero se ha dedicado, salvo cuando ha ganado, a hacer el ridículo de la manera más lamentable: tuvieron que pasar 28 años desde el primer Mundial para coronarse por primera vez y en el transcurso no se olvidaron de perder el Campeonato en su propia cancha y con un equipo manifiestamente inferior. Luego, tuvieron una generación de futbolistas tan espectaculares que no tomaron el camino del fracaso natural, que tan bien le sienta a la canarinha y se endilgaron tres Copas (dándose tiempo para hacer el ridículo en Inglaterra 66, que para algo son brasileños) y luego, nada otra vez, hasta que Romario y Ronaldo ganaron una más cada uno. Y paramos de contar. No sé a ustedes pero para ser el mejor equipo -y eterno favorito- me sabe como a muy poco. Resumiendo: como el Real Madrid, pero con negros.

ESTRELLAS

DUNGA: La vedette del equipo. Un Puma Carranza con palitos de anticucho por cabellos que aunque ya no juegue no pierde su esencia de medio campista de contención, tal es la destrucción de toda posibilidad de juego vistoso. La cantada no convocatoria de Pato (no, no ese Pato) y de Diego son sólo unas pinceladas de las diabluras que promete lograr en el Mundial.

KAKA: Que quede claro que sólo lo pusimos para llenar el espacio, porque el equipo es tan soso que se hace difícil buscar algo rescatable. Entre sus virtudes encontramos una depurada técnica de lectura de la Biblia y un olfato de goleador para poner la mayor cara de monja consagrada cuando le apunta una cámara fotográfica.

ROBINHO: Confirmó lo que se venía diciendo desde hace varios años: que es el nuevo Pelé. Y como Pelé, es un tipo insoportable -de los que provoca golpear nada más verlo- que jamás logró destacar ni medianamente en el fútbol que importa, es decir en el europeo, y tuvo que ver su gran gloria en esa caricatura llamada Santos. Una prueba de su inmenso talento la dio cuando su mítico equipo perdió en la Sudamericana del 2003, con baile de Paolo Maldonado y del no menos legendario Germán Carty. De existir el Cosmos de Nueva York terminaría allí también, pero probablemente se retire en Arabia o Qatar, encandilando, siempre encandilando con sus bicicletas.


RIVALES:

-Portugal: Un equipo vistoso y de buen juego que de tener al menos un delantero podría llegar a crear jugadas de peligro. Sus posibilidades de tirar al arco se basan en que las condiciones climáticas favorezcan el bronceado de Cristiano Ronaldo. El morbo extra lo dará el hecho de ver a 22 jugadores frente a frente balbuceando entre ellos ese medio idioma que es el portugués

- Costa de Marfil: Siguiendo la ya conocida mezcla de tradición y pujanza de los africanos, este conjunto llega sin entrenador, con el diez por ciento de su población infectada de SIDA, graves secuelas de una larguísima guerra civil y, por si no fuera poco, la repulsiva presencia de Didier Drogba y sus desvaríos mesiánicos. Tipejo tan insufrible como Pelé 1 y Pelé 2, que se atrevió a criticar las condiciones futbolísticas de Claudio Pizarro. Si hay un Dios, este equipo quedará en el ranking general por detrás de Corea del Norte, Honduras y Nueva Zelanda.

- Corea del Norte: Nadie da un centavo por ellos pero allí están, como encarando al mundo con sus ojivas nucleares. Si aceptamos la lógica socio política imperante y reconocemos que su potencial nuclear es una amenaza real para el planeta, debemos ser igual de hidalgos y reconocer su amplio favoritismo en este grupo de la muerte.

PRONÓSTICO:
Siendo que Portugal es un conjunto de bailarinas de cabaré al servicio de la Tongolele Ronaldo y que Costa de Marfil no es ni siquiera un equipo, el rival a vencer es -claramente- Corea del Norte. Nuestro pronóstico es que, a pesar de las dificultades pasará a la segunda ronda sin problemas, es decir como el segundo mejor. Sólo para eliminar en esa instancia a una metro sexual, o incluso, travestida España.

El camino a la eliminación en semifinales está, pues, servido ya que esta vez no hay Garrinchas ni Romarios ni Ronaldos de los gordos que puedan burlar a la casi inquebrantable Historia.

H. P.

jueves, 18 de marzo de 2010

Pisco acholado para el alma



Entre todos los caminos que en el mundo hay, tal vez ninguno sea más transitado que la resignación. No ofrece, por lo general, motivos de queja. El clima no es malo pero tampoco bueno. Se come bien. El colchón es viejo pero acogedor. El paisaje austero. Y apenas si existen las mujeres.

Un funcionario viene a despertarnos. El trato es cortés y distante. Se nos exige apurarnos para llegar temprano. Formamos filas y cada día notamos la llegada de caras nuevas. Entre bostezos, se conversa poco. Cada quien se preocupa por lucir impecable. Hay que usar un terno azul y peinarse con la raya al costado. Ya debidamente formados, se avanza sin problemas.

De vez en cuando alguien muere. Es higiénico y natural. La marcha se detiene un momento. Vienen los empleados funerarios y actúan sobrios y recatados. Todo funciona eficientemente. Se pierde, caminando, la noción del tiempo. Envejecemos sin darnos cuenta y es casi un alivio saber que la muerte llegará. Pero algunos, espantados, toman la decisión de escapar. Se alejan discretamente de la fila y echan a correr sin dirección. Pronto arriban a una trocha. Caminan algunos días y alcanzan una carretera. Allí encuentran bacines, botellas, platos usados y latas de atún. Impera el mal olor y no es raro ver cadáveres olvidados aquí y allá. Es el camino de la esperanza.

Los andariegos son numerosos, pero avanzan desorientados. A veces ocurren aglomeraciones y, más comúnmente, parejas o individuos solitarios se extravían en medio de la nada. De acuerdo a las estaciones, el clima mejora y es posible ver árboles y amplias cañadas que reconfortan los cuerpos. No es raro ver a los amantes hacerse juramentos y promesas que no cumplirán. Cuando el tiempo empeora, muchos intentan emigrar y, en un parpadeo, se encuentran ya en medio de una hilera de personas, satisfechos de haber logrado superar las desgracias de épocas pasadas.

Pero existe un sendero, un puente, un desvío, una trocha que no cruzaremos ni llegaremos a ver. Y la que imaginemos nos acompañará como un mal sueño o una pesadilla, igual a la vaga esperanza que nos hará volver al campamento vacío, donde hallaremos solamente unas ollas usadas y unos zapatos mordidos por un perro que no dejará de ladrar hasta que nos larguemos de ahí.

C. Q.

domingo, 14 de marzo de 2010

Un párrafo de seriedad: Es bueno culantro, pero no tanto



Los días pasan. Se parecen tanto unos a otros que a veces piensas que estás viviendo un infinito deja vu. Te lavas la cara y luego del té con pan sales a trabajar: ocho horas, diez, doce. No llevas la cuenta pero sabes que son tantas que no dejan espacio a ningún tipo de ambición personal. Has memorizado tu lugar en el hormiguero y piensas que si la situación lo permite, en dos años podrás solicitar un préstamo para comprarte un carro nuevo. ¡Mentí! Sí esperas algo: el carro, la casa, los zapatos nuevos, la juerga del sábado, tu fiesta de matrimonio, el colegio de tus hijos. Acumulas pagos y esperas que el tiempo te depare la dicha de tener más y mejores gastos. Por eso trabajas diez, doce, catorce horas. No hay quien lleve la cuenta en un país como el tuyo. Catorce y ocho de sueño, son 22 horas en las que no tienes consciencia de tu ser. Sólo te quedan dos horas para ser feliz. Catorce a la semana. Por eso te recomendamos que utilices tan exiguos momentos de la manera más sabia y seas muy cuidadoso a la hora de escoger lo que miras en televisión.

H. P.

viernes, 12 de marzo de 2010

Fervor por Paulette Goddard y Mía Wasikowska: estrellas de "Periódico de a china"

Ser mediocampista de la selección peruana, la nueva bailarina de Tongo o una afamada taibolera en Samotracia son cosas que, a la mayoría de los mortales, no nos quitan el sueño. Hay imposibilidades que no nos importan. Pero existen otras que, por su mayor cercanía a nuestras más íntimas esperanzas, sí constituyen motivo de muchas de nuestras frustraciones. No conocer la India, no haber hecho contacto con seres de otro planeta, no salir nunca en algún video de Cholotube, pueden ser algunas de ellas. Hay, también, un tercer tipo de imposibilidades, aquellas que hubiéramos deseado fervientemente que sucedieran, pero que además de ser absolutamente irrealizables, son, con frecuencia, ilusiones absurdas.

Todo esto es para decir que hubiera vendido mi alma al diablo por ser uno de los amantes de Paulette Goddard. Hubiera dado lo que sea por tocar cinco segundos a Paulette y decirle las más encendidas palabras de amor. Hubiera matado, apuñalado y manducado camellos vivos, víboras venenosas y fieras hambrientas. Pero ninguna de mis intenciones –créanme o no– jamás hubieran servido de nada. Paulette nació 80 años antes de que el autor de estas líneas pudiera ir al baño por voluntad propia y, si bien mantener relaciones con una celebridad de la década del 40 parece una disparatada fantasía, intentar una relación amorosa con una muerta, es necrofilia o locura (rompo una lanza por lo segundo).

Aceptémoslo. Figurar en la selecta nómina de amantes de Paulette es, en estos tiempos, un sobrecogedor despropósito –por lo menos hasta que no se invente una máquina del tiempo a la altura de nuestros sueños– pero, ¿será lo mismo aspirar a tener un romance con Mía Wasikowska, la bella protagonista de Alicia en el País de las Maravillas? Mi devoción por Paulette encontró en la joven actriz australiana un apreciable paliativo. La bella intérprete de Alicia es, quiero pensarlo así, el descargo que me hace el destino por arrebatarme la posibilidad de Paulette.

Me explico. Paulette nació en 1910 y Mía Wasikowska en 1989. Los 79 años que las separan son exactamente los que acercan a la hermosa actriz de 20 años a este intrépido columnista. O sea que de un sopapo hemos burlado las barreras generacionales. Quedan todavía, acotará el lector, las barreras espaciales. Pero la providencia es favorable. En plena apogeo tecnológico es comparativamente mucho más fácil contactarse con cualquier persona a lo largo y ancho del orbe. Eso lo sabe todo el mundo. A mi favor –y no podrá negarlo el fervoroso lector de este periódico– juega también el hecho de ser miembro fundador de Periódico de a china. Es sólo cuestión de tiempo para que Mía (de ahora en adelante la llamaré así, sólo Mía) se una a nuestra larga lista de seguidores y empecemos una amistad que podría devenir en una relación amorosa seria y formal.

Cuando ello suceda, le diré –te diré– que eres la única y verdadera razón de la película de Tim Burton. Sin Lewis Carrol y sin ti, cada pedazo de la historia se derrumbaría como un castillo de naipes o una estúpida torre de arena. Ver tu hermosa sonrisa australiana y tu claro ceño fruncido es lo que he demandado por años. Sólo tú justificas pagar 15 soles por un puñado de popcorn y un vaso de chicha morada, querida Mía.

C. Q.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Faltan menos de cien días para el Mundial: La Madre Patria quiere ser el papá

Si usted se pregunta al leer nuestro encabezado: ¿de qué Mundial hablan? le pido amablemente que deje inmediatamente de leernos, pues en nuestro distinguido Periódico de a china lo que menos queremos es convertirnos en el blog de culto de aquel triste grupo de ignorantes funcionales que conforman literatos amigos de literatos que se reúnen en cafés literarios para hablar de literatura. Para decirlo más claro: Si eres Iván Thays: ¡Fuera!

Ahora, buen lector, que ya estamos en confianza -y tanto usted como nosotros sabemos de memoria hasta la alineación titular de Arabia Saudí en el Mundial del 94 -o la marca de camisetas que usó la Naranja Mecánica (Si piensa que hablo de la película de Kubrick:¡Fuera!) en la injusta final perdida de Argentina 78- y vibramos con el recuerdo del Maracanazo y las atajadas espectaculares de Roque Maspoli, o con los goles del renacido Paolo Rossi en España 82 (Los de Maradona en el 86, los dejamos como disfrute de la plebe)- debemos reconocer que es imposible esperar tranquilamente el resultado natural de los partidos sin coronar tentativamente a alguno de nuestros favoritos en las quinielas o escogerlos en el Winning Eleven para darle una buena tunda a los rivales menos favorecidos.

Con el fin de guiarlos con sabiduría y rectitud por el camino de la verdad, a partir de hoy iniciaremos nuestro ciclo deportivo “Vamos Perú” en el que realizaremos un análisis exhaustivo de los equipos con mayores posibilidades de coronarse en la tierra del apartheid y de Ubuntu (la mejor distribución de Linux, aclaro, ya que como futbolero tampoco está usted obligado a saberlo todo; labor a la que sí nos entregamos nosotros, sus humildes servidores, y, por supuesto, la Wikipedia).

Empezaremos, pues, con el favorito de la prensa especializada, de los críticos deportivos y del público en general. Es decir, con el equipo que, con toda seguridad, no va a campeonar y que, en el mejor de los casos llegará a unos sempiternos cuartos de final. Hablamos, por supuesto, de la vieja expoliadora de nuestro oro: España

España es un país que -fuera de actividades absurdas como el toreo o las películas de Almodóvar- sólo ha sabido destacar en su historia por su capacidad de actuar como el abusivo del colegio con los países más débiles (el Perú en lo del oro, Lichtenstein en continuas eliminatorias); pero como la capitana de porristas ante el primero que le plantara cara (Inglaterra y sus corsarios en lo del oro, Corea del Sur en los Mundiales). Su historia mundialista -considerando su afición, la importancia de su liga y su capacidad para hablar un idioma similar al de los peruanos- es, por decirlo sutilmente, tan patético que causa vergüenza ajena. Dirán los peninsulares que, con nuestra paupérrima historia futbolera, no somos nadie para hablar mal de ellos, pero ¡recuérdenlo! Nunca hemos pasado de ser una colonia de ultramar o una fuente de mano de obra barata ¡Hasta hemos elegido como presidente a Alan García! ¡Dos veces! Así que nuestra única obligación deportiva es con el hambre.

En cambio, la Madre Patria, que ha brindado a la Humanidad una infinidad de personajes capaces de cambiar el curso de la Historia, como Francisco Pizarro o Penélope Cruz, y ha sido cuna de futbolistas con botín de seda como Fernando Hierro o Julio Salinas, no sólo debe, sino que DEBE ganar la Copa del Mundo, y por goleadas consecutivas al menos. Pero al margen de los colectivos mencionados, cualquier persona con tres dedos de frente sabe que jamás lo harán. Una Eurocopa la gana hasta Grecia, pero ¿el Mundial? Esa Copa la perderán con su segunda "Armada Invencible" por la sencilla razón de que arrastran una multitud de taras sociogenéticas imposibles de desarraigar y lo sé porque esa es la única herencia que nos dejaron.

ESTRELLAS:

Iker Casillas: Un portero que cumple con las características del clásico arquero-jugador de las pichangas de barrio: Mediocre por alto, mediocre por bajo, pero con un garbo y donosura a la hora de sacar las pelotas del arco luego de haber regalado un gol ridículo, que lo harían un bolo fijo en casi cualquier alineación del mundo. Casi tan épico como Barthez o el viejo Balerio.

Andres Iniesta: Mediocampista y medio calvo desde los trece años; con evidentes síntomas de albinismo y oligofrenia; la capacidad de mando de una bailarina de ballet con el tutu zurcido por la abuela; y, un juego aéreo que ya quisiera para sí nuestro no menos mítico Waldir Saenz.

David Villa: Se equivoca si piensa que con ese nombre sólo podríamos estar hablando de un campesino, pues las minas en las que se crió este incisivo delantero centro se encontraban demasiado alejadas de cualquier terreno de cultivo. “El Guaje” estaba condenado, por cuna y apodo, a dedicar su vida al crimen o al fútbol y fueron sus nulas capacidades manuales las que lo decantaron hacia este último. ¿Es buen delantero? Lo es. ¿Es aguerrido? Lo es. Pero lo más importante es que no es ni brasileño ni rubio y eso, créanme, es lo que pesa para un delantero centro en las instancias finales de un Mundial. Su sequía goleadora está más cantada que la Macarena.

PRONÓSTICO:

Honduras, Chile y Suiza son los rivales de la roja en primera ronda. Los tres equipos en conjunto no merecen un párrafo completo, así que resumo diciendo que España goleará e ilusionará hasta la segunda ronda, donde quizás pasen por penales o por un gol de último minuto (a menos que le toque con Brasil, en cuyo caso aquí termina la historia del Dream Team). En cuartos de final perderán, en un reñido y ajustadísimo partido, así sea con Alemania o con Nueva Zelanda

JUSTIFICACIONES PARA LA DERROTA:

La presión de ser los favoritos; el top manta; los subsaharianos y sudacas; y, por supuesto, la burbuja inmobiliaria.

H. P.

lunes, 1 de marzo de 2010

En esta edición, tu “Periódico de a china” te regala el secreto de la eterna juventud

El tiempo pasa -como dice Milanés- y nos vamos poniendo viejos. Eso es algo inevitable y la mayoría de personas lo toman con resignación o -sencillamente- sin pensar mucho en ello. La vida es demasiado corta y, sobre todo, es terrible el hecho de que nuestra degeneración sea asimétrica; puesto que, mientras nuestros cuerpos envejecen a la velocidad de pasmo de un Michael Phelps rompiendo récords en Beijing; nuestras mentes lo hacen a la velocidad en que se desarrollan las exportaciones peruanas de productos no tradicionales que no estén relacionados con la lana o el algodón.

Es, por ello, que desde que el hombre tomó consciencia de su mortalidad ha intentado buscar algún tipo de elixir milagroso para lograr la inmortalidad; o, siquiera, alcanzar estados de longevidad extremos como el de Germán Carty en el futbol peruano. Desde Alejandro Magno hasta Ponce de León e Indiana Jones, son incontables los personajes que han buscado la fuente de la eterna juventud con resultados dispares, pues sólo Cher, Madonna y Gisela Valcárcel parecen haber tenido un mediano éxito a costa de convertir la piel de sus cuellos en epidérmicas versiones del retrato de Dorian Gray.

En la actualidad, el remedio ya no se busca en agüitas mágicas -que por algo estamos en el siglo XXI- pero sí en barros mágicos, dietas mediterráneas, antioxidantes, ejercicios tibetanos, yoga, dietas hipocalóricas y tantas otras. Quizás todo ello sea bueno para mantener una vida saludable, pero a la hora de la verdad, todos seguimos envejeciendo. Eso es inevitable. O al menos lo era hasta hoy, día en que los ingentes esfuerzos de toda nuestra plana de investigadores ha logrado dar con el único, el definitivo, el verdadero secreto no sólo de la inmortalidad o de la juventud, sino también del rejuvenecimiento hasta una adolescencia perpetua. Un estado tal, que hará que Peter Pan se muerda los labios hasta sangrar por pura envidia.

¡Señores, nuestro único compromiso es con ustedes! ¡Su felicidad es lo que nos ha llevado a pasar los últimos 65 años en esta agotadora misión! ¡El público fiel de Periódico de a china no sólo merece la eterna juventud sino, incluso, la divinidad! Es por eso que, sin pedirles ni un centavo -ni siquiera un agradecimiento verbal o escrito- vamos a compartir nuestro secreto SÓLO CON USTEDES, pues qué gracia tendría mantenerse, por eones, con un cutis catalogado por los conocedores “como potito de bebé”, si mi vecino no va a envidiarlo. ¡Una cosa es nuestra sagrada comunidad, y otra bien diferente el comunismo!

Para saber que usted es realmente un miembro indiscutido de nuestra congregación de fieles, haga click en el botón de Seguidores o, siquiera, comente algún artículo. El premio, como se habrá dado cuenta, es mayor que el paraíso.

H. P.

Lo que todos esperábamos: ¿“Al fondo hay sitio” regresa?

Es de mal gusto, lo sé. Pero es más fácil, es mejor sonreír como si no ocurriera nada. Para ser feliz no hace falta mucho: un lugar donde dormir, un poco de agua y comida para no pasar hambre ni sed. ¿Interrumpirá nuestra paz encender el televisor a las 8 de la noche y ver Al fondo hay sitio? Claro que no. Las estadísticas lo dicen. Sólo se trata de un divertido programa para disfrutar en familia. ¿A quién le importan las pésimas actuaciones, los personajes ridículos, las situaciones predecibles, los parlamentos estúpidos?, ¿quién gastará su tiempo haciendo hígado por un programa que, valgan verdades, no ofende a nadie?, ¿alguien será tan pedante como para exigir profundidad a una serie cuyo mayor delito es ofrecernos entretenimiento?

Encendamos la tele. Una flaca buena, dos flacas buenas, tres flacas buenas. ¿La historia? Dos familias –los Maldini y los Gonzáles– pertenecientes a antagónicas clases sociales enfrentan las más jocosas situaciones una vez que los Gonzáles se mudan a una lujosa zona residencial de Lima. Romance, infidelidad y los más disparatados reveses se irán sucediendo sin dejar un segundo indiferente al televidente. Seamos justos: ¿quién no se ha conmovido con las historias de Fernanda y Joel, de Miguel Ignacio e Isabela, de Grace y Nicolás?, ¿quién podría afirmar que la bobería no es adictiva?, ¿acaso alguien se sentirá a salvo del garrote de la frivolidad? Que lance la primera piedra.

Sé que el lector asiduo de Periódico de a china sabrá comprenderme. Al fondo hay sitio no es ni un socarrón análisis de las diferencias sociales en el Perú, ni tampoco una comedia inteligente de los estereotipos más fácilmente reconocibles en nuestro país. Al fondo hay sitio es, simplemente, la estupidez misma, la tontería que no necesita explicación, la necedad televisada y distribuida a todos los hogares peruanos sin otra pretensión que la de hacer bien lo que hace: volver absurdo hasta lo que defecamos. ¿Quién podría culpar a este programa por lucrar con eso?

Es mejor –reiteramos– dejarnos de poses, abandonar de una vez y para siempre cualquier tufillo intelectual, pues la televisión no está para eso. Seamos claros. Ver a Teresita contorsionarse al ritmo de la voz de Tommy Portugal no es un espectáculo dionisíaco, es, únicamente, esa distracción que necesitamos todos para sentir que en un mundo que no tiene sentido es preferible morir con el cerebro repleto de los disfuerzos faciales de Magdiel Ugaz.

Al fondo hay sitio nos recuerda, a fin de cuentas, que todos somos capaces de disfrutar de lo mismo a la misma hora, al abrigo del calor hogareño y de la estulticia convertida en ley. Y aquel que diga lo contrario vagará incomprendido por las calles en que fuimos y somos, con la “Terecumbia” rechinando en sus orejas.

C. Q.