Ahora que Larissa Riquelme es tan conocida gracias al guarda teléfonos que ostenta bajo la camiseta, cuesta creer que algunas veces la fama, especialmente internacional, sea esquiva a gente que –como Larissa antes del Mundial o Mercedes Sosa antes de Shakira- hacen hasta lo imposible por vivir para siempre en nuestros corazones. Uno de esos personajes –a la vez uno de los más queridos de la farándula peruana por su capacidad de lograr al menos un escándalo semanal- es Angie Jibaja.
Angie, con sus infinitos tatuajes, su cuerpo de gimnasio, sus pechos de quirófano y su sonrisa de fronteriza se las ha ingeniado para brindar dicha y solaz -ya durante varios años- a nuestro pueblo siempre necesitado de héroes.