miércoles, 12 de octubre de 2011

La muerte de Steve Jobs: Jesusito Reloaded

Luego de dos mil años, el mundo está preparado para un nuevo Mesías. Dios no tuvo un hijo, sino dos y uno de ellos acaba de elevarse al cielo rodeado de iPhones que no paran de realizar alabanzas a su grandeza. Y ya que la sangre divina corría por las venas de Steve Jobs, es lógico pensar que su legado cambiará el mundo desde los cimientos y que, futuras generaciones hablarán de un antes y un después de su llegada cuando se refieran a la cronología del mundo. Es casi seguro que cuando, en el futuro se hable de la evolución, se tenga presente la verdad absoluta del diseño inteligente de las iPads2 de uno de cuyos apps, se dice, se originó la consciencia del ser humano.
Claro que si no vienes de un país primermundista o tu condición socio económica te cataloga estadísticamente en un sector diferente al A o B, es muy probable que no tengas la menor idea de quién es la persona de la que estamos hablando. Sin embargo, hay que reconocer que su Altísima Gracia, Steve, ha gozado de mejor prensa que su hermano mayor, Jesús (pues, aquel ni siquiera figura en los libros de historia judíos de su época) ya que un buen porcentaje de seres vivos (incluyendo esponjas y frikis) ha escuchado, al menos alguno de los nombres que toma la suprema deidad, cuya característica común es la existencia de una "i" minúscula antes de la palabra (iPhone, iTunes, iMac, iDiot).

domingo, 9 de octubre de 2011

Two n' a half men: A propósito del humor y Charly Sheen (2da parte)

Nos había quedado claro que el humor cumple, aún, un papel importante en la perpetuación de la especie  (o en el conjunto de actos que llevan a tal perpetuación, que es lo que, al final, nos importa).

Pero no malinterprete, buen lector, el real potencial de la risa. No deje que la esperanza se apodere de su alma y se refleje en ese gesto de satisfacción que empieza a aflorar en su rostro y que amenaza con llegar de una oreja a la otra. El humor, mi buen amigo, es considerado sexy, dulce, encantador, interesante, agradable y hasta masculino, pero  siempre y cuando provenga de las cuerdas vocales de un hombre, al menos, medianamente atractivo.

Olvídese, entonces, de comprar su colección de "Condorito de Oro", su "Manual de Chascarrillos ilustrados" o la última edición de "Sarcasmo para Dummies", con el propósito de convertirse en una especie de James Bond del buen humor. A lo mucho podrá, dolido lector, aspirar a ser el amigo gracioso, infaltable en toda reunión social; o, a trabajar como guionista para el Comedy Central.

Es duro decirlo, pero como elemento de conquista, lo único que suple (y con creces, si me permiten) a una imagen atractiva, es el dinero. Todo lo demás, incluyendo nuestra capacidad para hacer reír a la más agraciada de las féminas, no tiene la menor utilidad si no viene acompañado de unos abdominales de acero o de unos grandes ojos azules.