lunes, 23 de junio de 2014

Italia: La gran favorita de Berlusconi

Italia es sinónimo de elegancia: Valentino, Dolce y Gabanna, la canción del Mundial del 90. Incluso ahora, es casi seguro que Cesare Prandelli se lleve la copa al técnico mejor vestido (Trofeo disputado, apenas, por el look trendy de Joachim Löw).

Es natural, entonces, que su fútbol refleje esa tendencia estética tan natural al habitante de la península. Y a pesar de habersele increpado durante muchos años un juego a la brasileña, tenemos que mencionar a Totti, Del Piero, Roberto Baggio o el mismo Pirlo (Solo en los últimos años) para desechar la idea del fútbol ultradefensivo italiano. ¡Eso es culpa de sus técnicos, no de los jugadores! Así lo ha entendido Cesare y ha decidido no ir contra la genética esta vez, y aprovechar las innegables condiciones técnicas de un grupo que, a partir de la última Eurocopa, se está poniendo a punto para alcanzar a Brasil en el medallero.

EL EQUIPO

Cuando se habla de elegancia, es como si dijeramos Pirlo (futbolística, me refiero; de la otra, es como si dijeramos Beckham). El que convierte a sus compañeros en el ballet Mariinski de San Petersburgo, llega a su último Mundial con la misma clase de siempre, acompañado de futbolistas que no le van muy atrás en exquisitez como Verrati y que aunados a la potencia física de Balotelli podrían protagonizar la mayor injusticia de la Copa, al ser eliminados por Uruguay en la fase de grupos.

LA ESTRELLA

No, no creemos que este sea el Mundial de Pirlo. La lesión de De Rossi, hará que Verrati sea insustituible, lo que permitirá que éste, ya sin la presión de la suplencia, logre lo que nadie ha logrado hasta ahora: Hacer olvidar a Pirlo, con él en la cancha. Claro, si es que no los elimina Uruguay, que allí la estrella será el traje de Prandelli.

El pequeño Verrati tiene un juego notable y decisivo, pero hasta ahora la prensa, que suele mirar los partidos por nosotros, no le ha tomado interés; al cabo no tiene la belleza clásica de un Paolo Maldini o el carácter de diva del antiguo Cassano, ni la coleta mística de Roberto Baggio, asi que muchas camisetas suyas no se venderán. 

Sin embargo, si sobrevive Italia, Verrati se pondrá el equipo al hombro y, quién sabe, de llevarla a la final, de repente y hasta gana un par de solicitudes de amistad en el feisbug.   

LOS RIVALES

Ya hemos visto de lo que es capaz de hacer ese equipo de la CONCACAF ¿Puerto Rico? ¿Guatemala? ¿Haiti?, que los ha vencido a ellos y a los uruguayos robando de manera nefasta un lugar en octavos, que les correspondía a ambos, dejandolos en la penosa situación de eliminarse entre ellos. 

Uruguay, que se agiganta cuando se le trata como equipo chico, ha sufrido el peso de ser el favorito contra el equipo de la CONCACAF, pues su estilo se acomoda a que lo revienten a ataques, como el de Italia; por lo que el partido entre ellos está llamado a ser uno de los más importantes en la historia de los Mundiales. Suarez y Cavani pueden lograr que los italianos alcancen a España en el aeropuerto, para intercambiar postales. 

Inglaterra, la Costa Rica de la UEFA, solo vino a cumplir, y eso lo demuestra al no haber convocado al Maradona de las Islas Británicas, Peter Crouch; por lo que, ni siquiera merecen que hablemos de ellos.

PRONÓSTICO

Si logran eliminar a Uruguay, cosa muy difícil, el camino hasta la final está servido; pues no hay equipo que pueda causarle los problemas de los orientales. Eliminará sin despeinarse a Brasil, en semifinales y perderá la final contra Messi. 

Prandelli, por supuesto, nunca perderá la elegancia y saludará dignamente a los campeones.

viernes, 20 de junio de 2014

Sigue el Mundial: Argentina, campeón aunque sea con la mano del Papa

Argentina es tan mediterránea en su componente racial, tan italiana en su gastronomía, tan universal en su cultura. Pero también es tan arquetípicamente latinoamericana en lo social, con ese gen perdedor indesligable a todo aquel nacido al sur del río Grande. No nos podemos quitar el colonialismo de la sangre por mucho que lo intentemos y, mientras bolivianos o mexicanos tratan de disfrazarlo con reivindicacionismos varios; los argentinos simplemente miran para otro lado, sintiendo que son el punto más austral de la península itálica, mientras campean en un presente de pobreza y corrupción vívidamente latinoamericano.

Argentina se debate entre el ego gigantesco de sus individualidades y el sentimiento de inferioridad que compartimos los hispanoamericanos hacia el mundo. Y pasa lo mismo con su selección: Un grupo débil, sin la capacidad de los equipos europeos de atacar y defender en bloque. Un conjunto que no gusta, que no emociona positivamente ni al bueno de Francisco I, pero en el que el talento individual de su puñado de estrellas puede llegar a ser preponderante. 

En un momento futbolístico en el que los demás equipos practican valores desconocidos en Sudamérica, como la solidaridad y el juego en conjunto; Argentina es, quizás, la última representante del fútbol clásico; ese en el que los defensas podían salir de la cancha a tomar un mate en el minuto 25 y dejar en su lugar unos cuanto ladrillos y nadie se daría cuenta (O se pensaría que han elevado su nivel) y cuya filosofía consistía en errar pases hasta que la mega estrella, la divinidad de turno, el escogido uno y trino, coja el balón y marque el único gol: El de la victoria. Ése es el fútbol de verdad, el romántico, el inútil, el que no representa ni estética ni eficiencia, el que te mantiene en vilo desde el comienzo hasta el fin, el que no cree en corrección política ni en fair play. Fútbol egoísta, en suma, y por tanto, tan argentino como el tango.

EL EQUIPO



Hablar de Argentina es hablar de Borges y Gardel, de Calamaro y Campanella, de Atahualpa Yupanqui y del Che. Pero si hablamos de un equipo de fútbol, no queda más que morderse la lengua para evitar la carcajada. Argentina tiene tanto de equipo como el congreso peruano de honradez. El argentino se encuentra genéticamente impedido de entender el colectivo como otra cosa que no sea un conjunto de egos pegados malamente con cinta para embalar. Por si eso no fuera ya un grave handicap en un deporte en el que once personas deben jugar juntas contra otras once, Argentina se deleita en brindar ventajas a los rivales con un arquero risible, una defensa transparente como un cristal, lenta como la llegada del sueldo a fin de mes y predecible como escándalo de Miley Cyrus y un medio campo cuya mediocridad recuerda a las decisiones del Nobel en literatura de los últimos años; y una delantera en la que encontramos hasta al ex yerno de Maradona. Pero todo eso ¿A quién le preocupa? Porque Argentina siempre se ha tratado de 10 recogebolas y un D10S.

LA ESTRELLA

El campeonato del mundo dependerá de las ganas que tenga Messi de llevárselo. Si está encendido, el Mundial será un mero trámite; cargado, eso sí, de falsas emociones para incautos como partidos decididos por penales, goles en el tiempo de descuento o contragolpes letales luego de estar encerrados en su área chica contra Costa Rica o Bangla Desh (Que si el primero está en el Mundial, no veo porqué no poner como ejemplo al segundo). No cabe duda que desde Maradona, no ha existido un jugador que entienda como él la filosofía del fútbol argentino, que consiste en: "Pasámela, che, que me llevo a cinco y fusilo" ni, sobre todo, que tenga los recursos para hacerlo.

LAS HIJASTRAS

Inauguramos ésta sección de jugadores que todos quisieran esconder debajo de la alfombra cuando llegan de visita los medios de comunicación, pero lamentablemente el reglamente exige jugar con once, por lo que no se puede, sino, ponerlos y rezar porque jamás les llegue la bola. No podemos olvidar nuestra mención honrosa al Niño Torres, Casillas ni a Hulk, cuyos equipos ya fueron analizados.

En Argentina hay infinidad de hijastras: 22 de 23 seleccionados, para ser exactos; pero si debemos escoger a los peores, sin dudarlo optamos por Rojo, lateral siniestro exquisito, sin proyección, marca ni carisma, cuya incapacidad con el balón hace ver como un portento, a lo Zanetti, a Zabaleta; y al Maxi Rodríguez, jugador experimentado, viejo comodín de la selección, siempre presto a ingresar a empeorar la situación de los partidos ya perdidos, un mediocampista absurdo que no le llega a la suela del zapato a Javier Pastore, que ni siquiera fue mencionado en la convocatoria (Probablemente poco amigo de Messi, que es quien decide la cosas en el rebaño).

LOS RIVALES

El mayor rival de Argentina es Brasil, que hará hasta lo imposible porque en su campeonato campeone cualquiera menos un rioplatense. Respecto a los del grupo, demás está decir que son tres partidos de calentamiento lo que les toca, para que Messi gane confianza y afine la puntería y que no merecen, siquiera, ser mencionados.

EL PRONÓSTICO

Luego de tantas frustraciones, por fin hay un nuevo mesías que llevará a los argentinos a la tierra prometida donde beberán las mieles del éxito, que les ha sido esquivo durante tantos años. Si Moisés hizo caminar a los judíos cuarenta años, es lógico pensar que la espera desde el 86 es hasta moderada para saborear el tricampeonato de la mano de Diego Armando ... quiero decir Lionel.

sábado, 14 de junio de 2014

Sigue el Mundial: España la campeona, abdica a su corona

España, el campeón vigente y representante de los altos valores de la monarquía constitucional, no ha sobrellevado, como es natural, el terrible golpe de verse de pronto sin cabeza, sin aquel que movía los hilos de la selección; sin aquel que logró cargarse a buena parte de la gran fauna africana a punta de fusil, para que la Roja se concentrara exclusivamente en el fútbol. El insigne Juan Carlos I no es más monarca de España y deja tras de sí un legado de... de..., de lo que deben dejar las figuras decorativas que, supuestamente, son los monarcas de este mundo moderno (Aunque el mismo concepto de reino no suene tan moderno).

España ha acusado el golpe, y en un acto de absoluto desprendimiento, ha querido emular lo hecho por su rey y ceder el trono a su justo merecedor: Holanda. Es claro que el 2010, Iniesta le robó el Mundial con una jugada fortuita y cuatro años después, el peso de su consciencia era muy grande por lo que, como un Raskolnikov colectivo, se entregó a la justicia de las cámaras y, en pago a esa Copa injusta, se dejó sodomizar sin piedad por Robben y sus amigos ante los mismos 2000 millones de personas que le aplaudieron las gracias en Sudáfrica.

EL EQUIPO

Si bien el previsible tiki taka se mantiene; esta es una versión mucho más inocua, envejecida y guardiolesca. Iniesta y Xavi, como los Hombres G y los Stones, viven del recuerdo de tiempos mejores y ya no se puede esconder que Casillas fue justamente relegado por Mourinho, a pesar del cargamontón que lo sacó del Madrid. La vejez es algo que nos llega a todos y la generación "dorada" de la "roja" no es la excepción (Aunque pareciera que Robben y Pirlo, como Zidane antes, siempre han sido viejos y jóvenes a la vez, por lo que esa verdad casi absoluta no se les aplica).

Aunque existen jugadores de menos de setenta y cinco años, como Koke y De Gea, no serán considerados; pues, monárquica como es, España parece haber decidido perpetuar su medio campo mediante derechos hereditarios y la selección sólo se renovará con Xavis y Xabi Alonsos Jrs y  no con plebeyos Juanes Matas. Si Del Bosque tuviera el valor de jubilar a sus mediocampistas, le quedaría esperanza en Brasil; pero temeroso de la ira del futuro rey Felipe XXX, no hará más que ver caer otro imperio; al cabo ya están acostumbrados a eso.     


LAS ESTRELLAS

Hablar de estrellas en una selección que gana Eurocopas y Mundiales como si de Rafael Nadal en Roland Garrós se tratara, es una tarea titánica. Afortunadamente, éste no es el caso, pues la mayoría de ídolos españoles hace buen rato dejaron atrás sus mejores momentos y sólo están despilfarrando lo que les queda de buena fama, como harían si fuera oro americano.

Cesc se sigue preparando para ser titular indiscutible a partir de los cuarenta. Lo avala el haber sido capitán del Arsenal casi de adolescente y suplente de lujo en el Barza, de los mismos titulares que en España. Su juego polivalente, le permite pasear su intrascendencia por cualquier lugar del campo, sin que nadie se moleste en tomarlo en serio; por lo que puede convertirse en tapado goleador cuando enfrenten a Australia. 

Diego Costa debe estar casi arrepintiéndose de su decisión de nacionalizarse español; si no fuera que la otra selección es aún más penosa. Su mayor virtud es la paciencia, que le ha permitido esperar la partida de Falcao del Atlético para alcanzar una gloria que con aquel le sería permanentemente esquiva. Un corredor incansable de poca técnica, que confirma que en Brasil, ahora los niños juegan cricket. 

Aunque Casillas no es el mismo sin Sara Carbonero tras el arco; sigue recordándonos, día a día, con sus atajadas magistrales, lo buen arquero que es Petr Cech. Seguramente no volverá a tapar en el Mundial y se optará por la decisión salomónica que utilizó el Madrid: De Gea en la Copa y Casillas en la Confederaciones.

No podíamos terminar este análisis sin hablar de Sergio Ramos, el hombre de moda, el que se pone el equipo al hombro en los momentos difíciles, el oligofrénico que nos obliga a preguntarnos si los muchos prejuicios sobre el intelecto de los futbolistas son infundados. Su capacidad de babear mientras se hurga los orificios nasales lo convierte en una leyenda viviente, al nivel del mismísimo Reimond Manco. 

LOS RIVALES

Los rivales, salvo Australia, que está en rubro Otros (con Irán, Argelia y Uruguay) son viejos conocidos de España, pero no hablaremos de ellos ahora pues merecen, cada uno, su post propio. Simplemente diremos que tanto Chile como Holanda harán que España pelee hasta la última fecha el cuarto lugar del grupo.

EL PRONÓSTICO

Salvo resurrección del Pulpo Paul, España acabará su participación mundialista en tiempo récord, lo que obligará a la renuncia de Felipe XXX, por presión mediática; a la instauración de la tercera república; y, a la independización de Cataluña, Lavapiés y del Pais Vasco.

jueves, 12 de junio de 2014

Análisis del Mundial: Brasil, los amos del catenaccio

Es asombroso pensar que ya han pasado cuatro años desde que un pulpo ridiculizó mis sesudas reflexiones futboleras acertando un cien por ciento de veces más que yo en sus pronósticos en Sudáfrica. Alguien con más dignidad probablemente habría aprendido la lección y se dedicaría a tratar temas más ligeros como el peligroso regreso de los fundamentalismos políticos en las últimas elecciones europeas y el resurgimiento del nacionalismo y del cristianismo como doctrinas válidas entre los jóvenes de todas partes, quienes (en teoría) representan el progreso y la rebeldía. Pero no es mi caso, yo no le temo a la vergüenza reiterada y, por tanto, iniciaremos el análisis ya tradicional de los equipos más importantes del Campeonato Mundial y, si me quedan tiempo y ganas, de las comparsas (Que suelen ser de 24 a 28, dependiendo del Mundial) cuya única función en la competencia es aumentar el promedio de goles por partido y lograr que los beneficios económicos para la Fifa se extiendan por un mes entero. Así que aquí vamos de nuevo:

BRASIL

Para quien aún no lo sepa (entre otros, cerca de 80 millones de brasileños que viven bajo el umbral de pobreza), Brasil es, junto a la India, Rusia y Sudáfrica  una de las potencias emergentes del nuevo orden, destinados a regir los destinos de la humanidad durante las próximas centurias. Es por ello que, le corresponde a todos ellos organizar un mundial (Menos a la India, claro, que un país cuyo deporte nacional consiste en golpear una pelotita en el suelo con un palo no merece tomarse en cuenta), en prueba de sumisión al verdadero poder que domina el mundo: La Fifa.

El país más futbolero del mundo, donde pareciera que cada niño nace con una pelota de fútbol en lugar de apéndice, ha tenido un interesantísima transformación en su estilo de juego: Pasando de un insípido jogo bonito, de toques, amagues, fintas, jugadas de pro evolution soccer, que por lo general le hacía perder campeonatos de manera ridícula contra equipos claramente inferiores (Hablar del Maracanazo ya es redundante, pero es que ¡hasta Perú le ganaba!); a hacer suyo ese estilo sobrio, elegante, modernísimo, de no hacer nada con la pelota y aburrir al rival hasta que este se metiera catorce autogoles de puro hastío. Un estilo que, a partir de 1994, le ha dado las mayores alegrías de su historia desde que Pelé dejara las canchas. Es cierto que ellos no inventaron esa técnica magistral que consiste en no molestarse en salir de su área chica si no es extremadamente necesario, sino los italianos. Pero es justo decir que en los últimos años, desde la humillación del anterior mundial, Italia ha optado por abandonar tan noble tradición y, al igual que Alemania, se han dedicado a convocar a jugadores talentosos, haciendo de cada partido en que aparecen, una delicia para los románticos que creen que el fútbol es un juego de ataque; dejando eso de defender con once hombres a los sudacas y, claro, entre ellos, el mejor es por supuesto la verdeamarelha.

EQUIPO

Brasil goza de una delantera que ya quisiera para sí el mismísimo Inti Gas de Ayacucho. Fred y Hulk tienen la gracia y agilidad del último Elvis, paseando sus voluptuosidades por Las Vegas, resoplando por el esfuerzo de existir; y, la puntería de secuaz de villano en película de acción hollywoodense. Es seguro que su inmenso talento conjunto hará que brille con luz propia el otro delantero: Neymar, un suplente de lujo en un Barcelona que no gana nada y cuya habilidad con el balón no es, ni remotamente, tan impresionante como que su novia sea Bruna Marquezine. A Neymar se le nota que es un buen chico, no tan insoportable como Robinho, pero como éste, destinado a ser por años y sin éxito "el sucesor de Pelé", hasta que termine su carrera en el olvido.




Si su delantera es un lujo, su medio campo es aún más penoso. Atrás quedaron los Zicos, Sócrates y Rivelinos; ahora los Paulinhos y Fernandinhos hacen que cada vez que tocan el balón quedemos mudos de asombro, preguntándonos si no hubiera sido mejor que sea Bolivia la organizadora del Mundial.

La defensa es, lógicamente (en vista del juego puramente defensivo) la mejor del mundo. La nueva pareja del PSG: Thiago Silva y David Luiz, darán que hablar el resto de la competición, corriendo como locos, destrozando rodillas y tobillos y apagando incendios, alargando la triste agonía de una selección que sin camisetas, confundiríamos sin problemas con Grecia.

ESTRELLA

La estrella indiscutible de Brasil, el hombre fijo, aquel capaz de definir en un segundo el resultado del partido más difícil es, sin ninguna duda, el árbitro. Si bien es probable que no sea el mismo en todos los partidos, es seguro que su actuación será la más pareja del campeonato, inventando penales, haciendo de la vista gorda ante las faltas brasileñas y siendo inmisericordes con las de sus rivales. Creados en la espectacular cantera de la Fifa, lograrán mantener con vida al gigante sudamericano por lo menos hasta semifinales, asegurando que nadie hable de las protestas en Brasil y que se logren las metas económicas esperadas.

LA SORPRESA

Sin dudas, cuando el árbitro no pueda pitarlo todo a favor de Brasil, a riesgo de que algún ateo inhumano impulsor de la depravación de la unión civil se de cuenta de sus intenciones, aparecerá la figura del juez de línea, siempre listo a ayudar a la verde amarelha con un offside oportuno.

LOS RIVALES

El principal rival de Brasil son los 11 000 millones de euros gastados en la organización del campeonato, que pueden jugar en su contra al tener a buena parte de la población muy poco dispuesta a la complacencia, teniendo la obligación de ganar al menos un partido sin ayuda arbitral para ganar a su causa a los revolotosos.

Camerún y México son los de siempre: Un par de equipos que siempre están allí porque el mercado sudamericano es muy poco atractivo como para darle un par de cupos más, que son los que le corresponderían por calidad futbolística. Ambos tienen en común su capacidad de ilusionar a sus respectivos países con sus selecciones de menores; para enredarse con los cordones de las zapatillas una vez que sus integrantes se encuentran en edad de comprar licor legalmente. Quizás el árbitro tenga que jugar a media máquina en ambos partidos, guardando sus fuerzas para el verdadero campeonato, que comienza en la segunda ronda.

Croacia es una equipo homogéneo, con un trío de estrellas: Mandzukic, Rakitic y, por supuesto, Modric, un buen puñado de excelentes jugadores y un entrenador ordenado, como Kovac; por lo que no será muy dificil que clasifique a segunda ronda, si se logra recuperar del varapalo propinado por el árbitro en el partido con Brasil. Al cabo ya saben que las sancione serán más equilibradas con los otros dos equipos.

PRONÓSTICO

Esta es la parte en que tiemblo de pavor, sabiendo que es muy probable que vuelva a equivocarme miserablemente. Pero aquí vamos: Brasil va primero, claro, con actuaciones lamentables y un par de huelgas reprimidas policial y violentamente en el proceso; luego llegará hasta semis, donde perderá con quien le toque, así sea Irán, pues ya estará asegurada la ganancia de la Fifa y aquella será libre de darle la espalda a su socio verdeamarelho, con lo que tendrán que tratar de ganar con sus limitadísimas fuerzas; que es como decir que Corea del Norte le haga un bloqueo económico a los Estados Unidos para acabar con el product place monopólico que hace Apple en las películas donde aparece una computadora.