domingo, 28 de diciembre de 2014

The Walking Dead: Tan muertos como tú - Rick Grimes

Casi todo el mundo sabe de qué trata "The Walking Dead", y como hemos demorado siglos en hacr este post, le haríamos un flaco favor al mundo contándoles los capítulos de la serie (cosa que nos encanta hacer cuando se trata de finales de trilogías adolescentes). Tampoco analizaremos las connotaciones psicosociales del zombie en la cultura popular, porque ya lo hemos hecho aquí, aquí o acá, o en cualquiera de las 25 entradas de zombies que tenemos sobre el tema, ¡Porque somos dead frikis y qué!

¿Entonces vamos a ponernos serios y comentar la forma en que la serie nos muestra como las personas se van adaptando a situaciones extremas perdiendo en el camino los aspectos más naive y superficiales de su personalidad? ¿O cómo es qué hasta en la circunstancia más adversa, el peligro más grande siempre proviene de otro ser humano? Pues de eso ya se ha hablado mucho, también; así que no nos queda sino criticar, como en pijamada femenina, a los principales personajes, sin importar la temporada, como si fueran nuestros conocidillos de toda la vida.

Empezaremos, cómo no, con el personaje principal, el héroe, el ente aglutinador, el sheriff, la ley, el orden, América en su sentido más profundo: Rick.

El oficial Grimes es el vivo representante de la América profunda, aquella que ha crecido acunada con firmes principios bautistas y que tiene como objetivo primordial, la familia; y, como objetivo secundario, hacer el bien. Dentro de sus cuadriculadas limitaciones, claro. (Que la ecuación se hace más confusa cuando agregas migrantes ilegales, español en los supermercados o una internet que te insiste en que existe un mundo redondo allá afuera y que sus habitantes no admiran ciegamente el "american way of life"). Rick despierta y descubre que el mundo ha terminado; pero, por supuesto, sabe que hay un solo Dios, único y trino, y que éste no permitiría que un hombre de bien, celoso vigilante de sus preceptos divinos, expresados en las sagradas leyes estatales sureñas, perdiera a su familia solo por una hecatombe de proporciones apocalípticas. Y como dios no decepciona a sus elegidos (que los demás podemos irnos a tomar por culo, que no está para aguantar ateos, maricas o latinos) no le hace falta más que un par de capítulos para alcanzar la ansiada reunión familiar. Pero no todo está bien. En ese momento, en que deberían desplomarse todos los no vivos y dejar el planeta desintoxicado de polución, de calentamiento global y listo para un nuevo "creced y multiplicaos" descubrimos que su mujer ha faltado al sexto, octavo y noveno mandamiento ¡Y con el mejor amigo del prota! ¡Maldita Eva! ¿No te cansas de meternos en problemas? Dios no podía permitir tamaña afrenta; así que, en su infinita bondad, decide castigarla manteniendo la plaga zombie intacta; lo que permite, entre otras cosas, demostrar a Rick su talento para adaptarse a las diversas situaciones y se transforma, de fervoroso Adán en iracundo Moisés, dispuesto a todo con tal de llevar a la Tierra Prometida (zombies free) a su familia, como objetivo principal y a sus amigos, como objetivo accesorio. Aunque dios ha decidido no ponérselo fácil; por lo que, en el camino, pierde la fe varias veces (¿Becerros de oro, dijeron?), la esposa (y su nueva hija aún es muy pequeña para consolarlo a la manera bíblica, como las hijas del buen Lot), el mejor amigo (Bueno él lo mata, pero igual le duele, que Rick es cristiano, pues), el sombrero, la razón y las ganas de vivir. Sin embargo, el profundo amor por su familia es mayor a su abandono y regresa a Dios. Pero éste, resentido como és, estamos seguros, no lo perdonará del todo y le hará lo mismo que al Moisés original; es decir, matarlo en el último capítulo, cuando se liberen de los zombies. 

Al ser el protagonista, y ser ésta una serie destinada al gran público, pese a su pátina semi intelectual; Rick no es un personaje con el que los guionistas puedan arriesgar mucho; así que su desvarío, no es mayor al que pueda sufrir un trabajador de la fábrica de Coca Cola debido al estrés laboral (miren que estamos hablando de Atlanta) y jamás llegaría a extremos de verdadera crueldad porque es un ser esencialmente plano y sin matices.

(Siguiente personaje: Michonne)

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